EVOLUCIÓN DEL FENÓMENO DEL CONSUMO

SITUACIÓN ACTUAL DEL CONSUMO DE DROGAS Los datos referentes a la prevalencia de los consumos de drogas en nuestra sociedad no han sufrido importantes variaciones con respecto a los últimos años. No obstante, y a modo de resumen, se puede considerar que, en cuanto a consumo, las tendencias que se vienen apuntando se consolidan, y así se pueden marcar los siguientes rasgos: · Se viene observando una disminución en la prevalencia global del consumo de heroína, con un marcado cambio en la forma de consumo, disminuyendo de forma importante el consumo parenteral (inyección) y aumentando significativamente la inhalación. · Estabilización o, incluso, un cierto aumento del consumo de cocaína. · Una estabilización o moderada disminución del consumo de drogas de síntesis. · Un nuevo repunte del consumo de la cannabis, sobre todo en franjas juveniles, unido a una frecuente aparición de noticias sobre la legalización de la sustancia y sobre sus potenciales terapéuticos. · Mantenimiento de una serie de patrones de consumo entre los jóvenes, tales como: policonsumo recreativo, centrado en el alcohol y en fines de semana; una importante incorporación de las chicas jóvenes al consumo de alcohol hasta superar en porcentaje el número de chicos; consumos realizados en la calle, La serie de rasgos expuesta está llevando a que se mantenga la tendencia hacia la "normalización" de los consumos, consumos que se perciben como más próximos, menos lesivos y más aceptables, debido, principalmente a que el perfil de los consumidores aparece socialmente más integrado. La desaparición de gran número de heroinómanos marginales, al aparecer una situación de mayor control propiciado por la metadona; el hecho de no confirmarse la gran alarma que supusieron las drogas de síntesis; y al encontrarnos con problemas centrados en alcohol y cannabis, drogas más integradas en la sociedad, o con la cocaína, ha conducido a un cierto adormecimiento o "acostumbramiento" al haberse rebajado la agresión que recibía el común de los ciudadanos. Esta normalización produce, de alguna forma, una situación en la que se contraponen, por un lado, la percepción del común de los ciudadanos, que mantiene una importante preocupación por el problema de los consumos, ya que los ve más cercanos en la propia diversión de sus hijos, por otro, el reflejo de los medios de comunicación, aún anclados en el narcotráfico y en los heroinómanos y, por otro, la postura de las diferentes administraciones, más influidas por los programas de reducción de daños que por las actividades preventivas.